Febrero 2 de 2005
Ataque de FARC deja 14 militares muertos
Catorce militares murieron y 25 resultaron heridos ayer martes en un ataque de las FARC en Iscuandé, a 700 km de Bogotá; una población de la región cocalera del sur de Colombia donde rebeldes y paramilitares libran una guerra por el control territorial.
El ataque, que duró unas tres horas, fue perpetrado por miembros del frente 29 de las FARC, que destruyeron por completo el puesto de Infantería de Marina en el casco urbano de Iscuandé, localidad del departamento de Nariño, fronterizo con Ecuador.
"Tenemos 13 infantes de Marina y el comandante del puesto asesinados, y 25 infantes heridos, algunos de ellos leves, que ya fueron evacuados. Ellos defendieron la población, evitaron la toma de Iscuandé y que atacaran la policía", afirmó el almirante Mauricio Soto, comandante de la Armada Nacional.
En la acción, uno de los más duros golpes propinados a los militares por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en los últimos meses, los rebeldes usaron cilindros-bomba, morteros y granadas, dijo a la AFP el secretario de gobierno de Nariño, Fabián Trujillo.
"Los cuerpos están completamente incinerados", afirmó el policía Darwin López quien colaboró con los infantes para repeler el ataque.
"Hay gente atrapada entre los escombros, unos están incinerados, otros hechos pedazos", agregó.
López precisó que el municipio de Iscuandé era custodiado por unos 60 militares y 45 policías y dijo que no hubo víctimas civiles.
Según Trujillo, encargado del orden público en Nariño, la seguridad fue reforzada en la región y los heridos están siendo atendidos en dos centros médicos de Nariño y del vecino departamento de Cauca, con el que limita Iscuandé.
Tras el ataque la Fuerza Aérea y la Brigada Antinarcóticos, apoyados por aviones de combate y helicópteros, iniciaron en la región una intensa operación de persecución de los insurgentes.
Trujillo precisó que la gobernación no ha conseguido establecer comunicación con la alcaldía de Iscuandé, adonde, señaló, es más fácil llegar vía aérea desde Bogotá.
El pasado 18 de noviembre pasado siete civiles y cinco policías resultaron heridos en un doble ataque de la guerrilla de las FARC, también en el departamento de Nariño.
Ese hecho ocurrió en zona rural del municipio de Ricaurte (800 km al sur de Bogotá), cuando una facción de las FARC detuvo un vehículo de servicio público, lo cargó con explosivos y lo hizo detonar, dejando heridos a siete civiles.
Una vez conocido el ataque dinamitero, una patrulla de la policía se desplazó al lugar pero fue emboscada en una zona rural de la población de Mallama, con saldo de cinco policías heridos.
"La situación es bastante difícil en Nariño. La semana pasada hubo combates entre paramilitares y el ELN" (Ejército de Liberación Nacional), afirmó Trujillo.
El funcionario atribuyó la conflictiva situación en Nariño a la presencia de grandes extensiones de cultivos de coca, pese a ser una de las zonas donde se lleva a cabo con mayor despliegue el programa de fumigaciones aéreas, del Plan Colombia de lucha antidrogas que financia Estados Unidos.
Los sembradíos de coca, que en Nariño superan las 45.000 hectáreas según Trujillo, y la ubicación estratégica de la región como corredor para los irregulares, originaron que se incrementara el enfrentamiento entre las guerrillas izquierdistas y los paramilitares de extrema derecha, en disputa del territorio.
"Hemos venido insistiendo reiteradamente en una atención especial del gobierno. Aunque se fumigan unas 30.000 hectáreas al año, el problema persiste", comentó el secretario de gobierno.
En Colombia, principal exportador de cocaína del mundo, el área de cultivos de la hoja de coca descendió de 150.000 hectáreas a 86.000 entre 2000 y 2003, según la Oficina de las Naciones Unidas contra el Crimen y el Tráfico de Drogas (Unodc). *
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